Hablemos del Amor (Parte 2)
Stéfano Durán
9/22/20253 min leer


El amor siempre ha sido un tema fascinante. En la primera parte de esta serie vimos algunos mitos sobre el amor a primera vista y los riesgos de dejarnos llevar demasiado rápido. Hoy vamos un poco más allá: hablaremos de lo que ocurre en nuestro cerebro cuando nos enamoramos, del papel de las hormonas y de cómo tomar mejores decisiones al elegir pareja.
El amor en tu cerebro
Aunque solemos decir que el amor se siente en el corazón, la realidad es que se vive intensamente en el cerebro. Cuando nos enamoramos, se activan circuitos relacionados con la recompensa y el placer, los mismos que se activan al comer algo delicioso o recibir un premio.
Por eso al inicio de una relación todo parece perfecto. Estamos, literalmente, en un estado alterado de conciencia, donde nuestro cerebro busca constantemente a esa persona especial porque se vuelve “adictivo” a la sensación de bienestar que genera.
Química del enamoramiento
En esta etapa, el cerebro libera dopamina en grandes cantidades, lo que nos llena de energía, felicidad y hasta cierta obsesión por la otra persona. Al mismo tiempo, los niveles de serotonina bajan, lo que explica comportamientos un poco impulsivos o irracionales cuando estamos enamorados.
También entran en juego la oxitocina y la vasopresina. La oxitocina, llamada “la hormona del amor”, se libera con el contacto físico y fomenta la conexión emocional. La vasopresina, en cambio, está más relacionada con la creación de vínculos a largo plazo.
El amor, entonces, no es solo emoción: es una sinfonía de reacciones químicas que nos empujan a conectar y vincularnos.
Más allá de las hormonas
Claro que las hormonas no lo explican todo. Nuestras experiencias pasadas, las expectativas y los valores también influyen en quién nos atrae y en cómo construimos una relación. La química puede encender la chispa, pero lo que realmente sostiene el amor es la compatibilidad emocional y la decisión consciente de estar con alguien.
Eso implica preguntarnos: ¿compartimos valores? ¿Queremos lo mismo en el futuro? ¿Podremos apoyarnos en los momentos difíciles? Porque el amor verdadero no se trata solo de mariposas en el estómago, sino de un compromiso diario que se construye con comunicación, esfuerzo y cuidado mutuo.
Cómo elegir mejor a tu pareja
Elegir pareja no es tarea fácil, pero hay pasos que ayudan:
Conócete a ti mismo: entiende lo que necesitas y lo que no toleras en una relación.
Mira más allá de la química: la atracción es importante, pero no lo es todo.
Escucha tu intuición: si algo no se siente bien, probablemente no lo esté.
Habla abiertamente: comunicar expectativas y deseos evita malentendidos.
Sé flexible: toda relación tiene cambios y desafíos; lo importante es querer enfrentarlos juntos.
Como dice una frase que me gusta: “El amor verdadero no es solo sentir, es elegir cada día cuidar de la relación.”
Conclusión
El amor es maravilloso, pero también complejo. No es únicamente lo que sentimos al principio; es un proceso en el que participan el cerebro, las hormonas, las experiencias y las decisiones conscientes. Entenderlo nos ayuda a amar mejor, a elegir con más claridad y a construir relaciones que realmente valen la pena.
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